Situado en el norte de la isla, en el extremo oriental de la Sierra de Tramuntana, Pollensa es un encantador pueblo histórico con calles sinuosas y una plaza principal. Rodeado de un espectacular paisaje natural, colinda con su puerto homónimo, Puerto de Pollensa, que se encuentra a pocos kilómetros al norte. Bendecida con hermosas playas, una rica escena cultural y una amplia oferta de bares, cafés y restaurantes, esta zona es una ubicación muy codiciada con una gran cantidad de increíbles villas, fincas y casas disponibles. Pollensa ofrece lo mejor de los dos mundos: está suficientemente aislado y a la vez bien conectado.
Vivir en Pollensa
Pollensa es un lugar mágico tanto para mallorquines, como para extranjeros cosmopolitas que han decidido vivir en la isla; y es que este pueblo ofrece una experiencia auténtica a una gran comunidad de expatriados. Rebosante de carácter, este pueblo está escondido en las montañas. Es habitual ver a los habitantes de Pollensa pasar la mañana de los domingos en los cafés de la Plaça Major, que se remonta al siglo XIX. También vale la pena echar un vistazo a su mercado semanal que cuenta con una variedad de puestos artesanales y un sinfín de productos locales frescos como aceitunas marinadas, miel dulce y frutas maduras de temporada.
Antigua base romana y asentamiento árabe, Pollensa está llena de historia. Establecida como una zona agrícola, el pueblo fue construido deliberadamente lejos de la costa para evitar ataques piratas. Más recientemente, artistas de toda Europa se han sentido atraídos por esta parte de la isla, encantados por la magnífica calidad de la luz y su fácil acceso, a solo 45 minutos en coche del aeropuerto de Palma.
Mercado inmobiliario en Pollensa
La cartera de propiedades de Engel y Völkers para esta zona es muy diversa y esto se traduce en que tendrá muchas opciones para elegir. ¿Prefiere una casa rústica en el centro del pueblo, una villa de lujo o una finca idílica en el exuberante campo circundante? ¿Un apartamento o ático moderno en una ubicación privilegiada junto al mar en el puerto o Cala San Vicente? Sea cual sea su deseo, le ayudaremos a descubrir la gama de propiedades de la zona que tenemos para usted y le aseguramos que encontrará la casa perfecta que se adapte a sus necesidades.
Qué hacer y dónde comer en Pollensa
Pollensa esconde todo tipo de tesoros. Un punto de encuentro para la cultura, este pueblo es donde se celebran todo tipo de fiestas tradicionales durante todo el año, siendo la más famosa la de Moros y Cristianos a principios de agosto. Se trata de una recreación de la famosa batalla de 1550, por lo que los lugareños y visitantes acuden en masa al pueblo disfrazados para bailar, beber y celebrar.
Si prefiere un poco de tranquilidad, podrá disfrutar de senderos que recorren la montaña conocida como Puig en las afueras de la ciudad. Durante la subida de 330 metros, pasará por una capilla y un muro de defensa construido para proteger toda la zona de los piratas. En la cima, las vistas sobre la bahía son impresionantes.
El tejido mallorquín por excelencia, la ‘roba de llengües’, es uno de los productos que se fabrican en esta zona. Puede visitar uno de los pocos talleres que quedan, como Teixits Vicens que se encuentra entre Pollensa y el Puerto de Pollensa, donde se teje este tradicional e icónico tejido. También puede visitar las zapaterías de productos de cuero hechos a mano y las bodegas de la zona.
En cuanto a gastronomía, Pollensa ofrece una mezcla ecléctica de excelentes restaurantes. En la plaza principal del pueblo, encontrará ‘Il Giardini’, un restaurante franco-italiano que es cálido y acogedor y ofrece una excelente variedad de opciones tanto para desayunar, como para comer o cenar. Al otro lado del pueblo, se encuentra uno de los restaurantes típicos de la zona: ‘Celler El Molí’, famoso por sus excelentes platos caseros mallorquines y su ubicación, en un antiguo molino harinero. Con menú a la carta y tapas, le recomendamos probar el cordero o para los pescetarianos, una paella de marisco. Para una experiencia gastronómica inolvidable, reserve una mesa en el restaurante ‘365 Son Brull’, que se encuentra dentro de un hotel de cinco estrellas con spa ubicado en una construcción que alguna vez fue una granja árabe antes de convertirse en un monasterio. Perfecto para cenas románticas y conocedores de la gastronomía, el restaurante cultiva sus propios productos orgánicos que luego se traducen en platos sencillos, innovadores y deliciosos. Descubra los sabores de la isla en forma de menú degustación perfectamente servido y pareado con vinos mallorquines. Como alternativa, las opciones a la carta incluyen espectáculos para el paladar como el queso cremoso de Tramuntana para comenzar, seguido de cochinillo de cría local y helado de yogur de leche de cabra con miel dulce de Son Brull de postre, ¡una explosión de sabores!
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